lunes, 26 de octubre de 2015

La gestión del éxito

A menudo se escucha tanto en la vida como en el mundo del deporte una frase que no por repetida deja de perder vigencia ni verdad: es más difícil mantenerse que llegar, haciendo referencia al éxito, a la cúspide, a la meta que tanto costó alcanzar pero aún más complicado es sostener. Muchos son los genios que a base de esfuerzo, talento y sacrificio lo han logrado a lo largo de la historia, como Michael Jordan, Usain Bolt o Miguel Induráin. Colectivamente podríamos decir lo mismo del Real Madrid de los años 50, de los Boston Celtics en las primeras décadas de la NBA o del FC Barcelona en su sección de balonmano durante los años 90. Hay muchos más ejemplos instalados en la memoria colectiva, gracias entre otras cosas a que sus victorias no fueron flor de un día, sino una trayectoria épica que les instaló para siempre en la gloria. Son tantos los aspirantes pero tan pocos los que lo alcanzan...

En algún momento de sus respectivas historias, Racing de Avellaneda y Botafogo fueron los mejores de sus países e incluso de América. Lejos quedan sus mejores años, pero recientemente volvieron a saborear la victoria. Saber gesionarla, digerirla para hacerla continua en el tiempo, ya es otro tema. A finales de 2013 se cumplía por fin un viejo objetivo para Botafogo tras casi dos décadas de espera: de nuevo la Copa Libertadores llegaba a la parte alvinegra de Río de Janeiro. Una fabulosa campaña con Seedorf como capitán general permitió a los botafoguenses alcanzar la fase previa del máximo torneo continental.


Ya a primeros del nuevo años la cosa fue complicándose cada vez más. El equipo no dio la mejor imagen posible en los torneos cariocas, Seedorf colgó las botas seducido por Berlusconi para entrenar al AC Milan, varios puntales abandonaron el equipo mientras los recambios no ofrecían las garantías suficientes. Pese a ello superaron a Deportivo Quito en la previa tras remontar en una noche mágina en Maracaná. La Libertadores comenzaba bien pero no así la trayectoria en el Brasileirão, donde poco a poco el equipo se iba metiendo en problemas. La directiva comenzó a hacer cosas sin sentidos, a apartar y expulsar a jugadores de la disciplina, hundiéndose el equipo tanto en el campeonato nacional como en el internacional, donde quedaron apeados en la primera fase. Tras varios años asentados en la élite, Botafogo volvía a descender tristemente. Murieron de éxito.

Ahora viene algo parecido, pero al revés. Retornando a 2013, Racing Club finaliza una de las peores campañas de su historia. El plantel, la directiva, la hinchada, se han acostumbrado al descenso, haciendo reinar el pesimismo en cada declaración, en cada partido, en todo lo que les rodeaba. Durante el primer semestre de 2014 la dinámica es la misma, finalizando la Acadé en la cola de la clasificación. La deriva puede hacer peligrar la categoría para uno de los grandes argentinos, aunque todo está a punto de cambiar. Más de una década después vuelve el ídolo Diego Milito. Con un perfil mucho más bajo, llega a la institución de Avellaneda el técnico Diego Cocca. No lo sabían, pero estaban a punto de cambiar la historia.

Seis meses más tarde Racing Club volvía a ser campeón tras 13 años de penurias. Bou, Centurión, Lollo, Saja, Pillud, Hauche y cómo no, Diego Milito, gritaban para la Academia el 17º título nacional, terceros en el palmarés tras River y Boca. Con la ampliación a la liga de 30 clubes además del regreso a la Copa Libertadores, el año actual ha supuesto todo un reto para los blanquicelestes. Siempre arriba en el torneo pero nunca del todo cerca de la punta, pugnaron con todo en Libertadores para caer en cuartos de final en una aciaga noche ante Guaraní. Ya el viernes pasado Rosario Central, quizá el conjunto más refrescante del panorama argentino en la actualidad, les eliminó injustamente en semifinales de la Copa Argentina. Están arriba pero tampoco revalidarán el título de campeones ligueros.

Unos han sabido gestionar el éxito para mantenerse competitivos, luchando en todos los frentes con tesón e ilusión. A otros les costó más, por lo que ahora purgan en la B sus pecados (si bien Botafogo está a punto de regresar). Entendiendo que las peculiaridades tanto de ambos clubes como del fútbol sudamericano no son las mejores para sostener y desarrollar proyectos a largo plazo, por más que cambien las piezas lo que deben hacer es mantener la competitividad. Solo así los éxitos pasarán de ser efímeros recuerdos a una sonrisa permanente.

viernes, 9 de octubre de 2015

A Francia sin hacer ruido



Al comienzo de la fase de clasificación para la Eurocopa 2016 pocos (yo por supuesto que no) podrían adivinar que la selección de Irlanda del Norte seria una de las clasificadas, es cierto que su grupo era uno de los más abiertos y sin ninguna de las grandes selecciones europeas pero sus antecedentes tampoco invitaban al optimismo en Belfast.

A priori Grecia campeona en 2004 y que venia de alcanzar los octavos de final del Mundial de Brasil era la favorita, pero su torneo ha sido esperpéntico, sin conocer la victoria en los nueve partidos disputados (solo tres empates) y sufriendo dos humillantes derrotas ante la débil Islas Feroe, un desastre absoluto.

Eso hizo que el grupo se abriera aún más con Rumanía, Hungría, Finlandia e Irlanda del Norte como aspirantes a las dos primeras plazas con clasificación  directa y la tercera para la repesca.



Irlanda del Norte comenzó muy bien la fase de clasificación ganando a Hungría en Budapest, a Islas Feroe en Windsor Park y a Grecia en Atenas. Su única derrota se produjo en la siguiente jornada en Rumanía, pero esos nueves puntos sumados después de haber realizado las tres salidas más complicadas fueron claves. Después se ha mostrado fuerte en casa donde no ha perdido y solo Rumanía y Hungría pudieron sacar sendos empates.



Hasta llegar al decisivo partido de ayer contra Grecia en un abarrotado Windsor Park, Irlanda del Norte se presentaba con la sensible baja por sanción de Kyle Lafferty, su gran goleador en esta fase de clasificación con siete goles. Pero los norirlandeses no lo notaron en exceso y con el doblete de Steven Davis, su capitán y mejor jugador, y otro tanto de Magennis lograron una victoria mucho más cómoda de lo previsto. El 3-1 final y la clasificación eran un justo premio al gran trabajo de los jugadores y de su técnico Michael O’Neill que ha ido mejorando a una selección donde no abunda en exceso el talento, con algunos jugadores de la Premier, pero que la mayoría militan en la liga escocesa y en Championship o incluso en League One o Two.



Para Irlanda del Norte esta es su primera clasificación para una Eurocopa, y desde 1986 no acudía a un gran torneo de selecciones. Los ochenta fueron buenos años para ellos ya que también estuvieron en España 82 incluso alcanzando la segunda fase, era la selección de Pat Jennings, Martin O'Neill, McIlroy, Whiteside, Armstrong o Hamilton. Su anterior participación mundialista fue en 1958.



Ahora han protagonizado una clasificación quizás con menos repercusión que otras pero casi seguro que más meritoria. Los aficionados norirlandeses ya tienen plan para el próximo mes de junio.