lunes, 15 de febrero de 2016

Fútbol argentino: una nueva dimensión

El Decano asaltó La Bombonera

Siguen saliendo promesas prematuras (Dybala ni llegó a debutar en Primera), jugadores jóvenes sin formar que apenas dejan unos pesos en sus clubes de procedencia para probar suerte en otras latitudes más acaudaladas. A su vez regresan muchos veteranos curtidos en mil batallas (D'Alessandro, Germán Denis o Lisandro López son algunos de los últimos) mientras otros aún guerrean y golean como llevan haciendo toda la vida, que se lo digan a Pepe Sand. Poco parece haber cambiado en el fútbol argentino más allá de la despedida de Grondona (¡por fin!) o el habitual descontrol en la AFA, pero deportivamente el nivel ha crecido bastante. ¿Quién lo hubiera dicho cuando se proyectó la locura del torneo de 30 equipos en la máxima categoría?

Pero así es. Yo marcaría una fecha para este renacimiento: a mediados de 2014, coincidiendo con la llegada de Marcelo Gallardo a River Plate. Él cambió el paradigma de los 'millonarios', logrando combinar su histórico juego bello de ataque con  la competitividad que les devolvió primero la admiración y posteriormente la gloria continental, alzando así la tercera Libertadores del club en 2015 tras dos décadas de espera. Eso sí, aún queda como asignatura pendiente para el Muñeco la obtención del cetro nacional, ese que le arrebató Racing Club en la espectacular remontada que protagonizaron los hombres de Diego Cocca con Diego Milito como mariscal. O el que ganó Boca el año siguiente.

Boca fue un buen campeón, sólido, resolutivo en los momentos clave, aunque poco brillante. Recuperó alegría y confianza con Tévez, Lodeiro volvió a sentirse importante, la defensa recuperó contundencia pese a un par de descalabros importantes (como ante Unión en La Bombonera), pero ni el maravilloso proyecto del Chacho Caudet en Central ni la solidez de San Lorenzo pudieron arrebatarles el campeonato. Incluso Independiente realizó un muy buen torneo en su retorno, aunque perdió la clasificación para la Libertadores de este año a manos de su eterno rival.

Pese a algunas salidas (sobre todo en River) 2016 pinta espectacular. No solo porque los grandes parecen haber dejado las enormes crisis que lastraron a muchos de ellos durante la pasada década, también porque los más humildes ya no ganan por no ser los menos mediocres, sino porque lo merecen al imponerse a rivales reconstruidos, de nuevo fuertes y poderosos. Así, el sorprendente Atlético Tucumán lidera el grupo B tras dar sendos golpes sobre la mesa ante Racing en casa y anoche en el hogar de Boca, que tras perder 4-0 ante San Lorenzo la Supercopa, huele a que Arruabarrena tiene las horas contadas. Junto a ellos Aldosivi y Lanús, que ya sabe lo que es pelear y vencer a los mejores.

En el grupo A, con mayor cantidad de candidatos, Colón y Central atesoran la punta, éstos últimos tras imponerse con claridad a Newell's en el clásico (ver vídeo). Les siguen de cerca San Lorenzo a Independiente, ambos a buen tono. Y luego River, que cayó 3-2 ante un Belgrano sensacional que cimentó en la primera parte una ventaja irrecuperable para los millonarios pese a su insistencia.


Total, que el siempre apasionante fútbol argentino ya no solo desbordará emociones en sus impresionantes graderíos: ahora nos ha devuelto el juego vibrante, de nervio, calidad y gambeta sobre el césped. Se lo debían a sí mismos, y también a aquellos que siempre hemos esperado pacientemente a que el espectáculo regresase a sus orígenes.

sábado, 6 de febrero de 2016

¿Lo imposible?

Un GRAN equipo ha aplastado al gran favorito.

La Championship es una liga brutal. Su nivel económico es uno de los mayores del mundo, abrumador tomando en cuenta que nos estamos refiriendo a la segunda categoría del fútbol inglés. Solo unas pocas competiciones europeas poseen un mayor poder adquisitivo que ellos. Como imaginaréis, la competitividad es tan salvaje que clubes con una palmarés envidiable como Leeds United o Nottingham Forest (por cierto, hoy se enfrentaban entre sí) están estancados en la categoría desde hace años. Tras una década en la que llegaron a visitar el tercer escalafón del fútbol inglés, el Leicester City ascendía a la Premier en 2014 luego de una sorprendente campaña en la que arrasó en la mencionada Championship.

Ya en la Premier, el curso del retorno, la 2014-15, estaba siendo desalentador hasta llegar al último tercio de la misma. El equipo parecía encaminado irremisiblemente a perder la categoría que tanto costó recuperar (en la jornada 25 eran colistas a 5 puntos de la salvación), pero una milagrosa racha final les permitió recuperarse para sorpresa de todos. Ya al comienzo de la actual campaña nada hacía presagiar que aquella racha se mantendría en el tiempo. Se mantuvieron invictos hasta la 7ª fecha, en la que el 2-5 encajado ante el Arsenal parecía que les devolvería a la tierra.

Sin embargo regresaron pronto a la victoria, alzándose con el liderato justo antes de Navidad al encadenar 8 triunfos (más dos empates) en los siguientes diez encuentros. Mahrez hacía estragos en las defensas rivales con la plasticidad de sus regates e imprevisibles asistencias, Vardy lo metía absolutamente todo, Kasper Schemeichel se mostraba sobrio bajo palos, Okazaki definía arriba, el despliegue de Kanté y Albrighton daba alas a los suyos... un plantel de desconocidos alteraba la Premier de la noche a la mañana, sin preaviso, derrocando prejuicios a base de buen fútbol. Cayeron 1-0 ante el Liverpool de Klopp, pero se han levantado a lo grande, siendo capaces de derrotar en poco más de un mes al Tottenham (a domicilio) o a los propios Reds, a los que ajusticiaron el pasado martes con doblete de Vardy. Hasta hoy.

Lo que han hecho este sábado 6 de Febrero de 2015 pasa sin duda a engrosar la historia del campeonato inglés para siempre. Contextualicemos: tras 24 jornadas el Leicester City, líder con tres puntos de ventaja sobre el Manchester City, visitaba precisamente a éstos (campeones en 2012 y 2014, una de las entidades más ricas del mundo del fútbol). El partido comenzó con los Foxes atacando, quizá buscando sorprender, quizá tratando de autoconvencerse de que podían asaltar el fortín de su adversario. Pronto darían respuesta a esa pregunta, pues a los tres minutos Huth se adelantaba a la marca de Demichelis para lograr el 0-1 en una jugada a balón parado. Después Joe Hart hizo gala de su velocidad para mantener a los suyos vivos en el encuentro, si bien poco a poco el City fue haciéndose con un dominio territorial que no supo transformar en ocasiones.

Tras el descanso el choque se reanudó como un calco del primer tiempo: el Leicester buscando sorprender a un City que salió a verlas venir y se llevó un nuevo guantazo: golazo tremendo de Mahrez, que volvió a desnudar las carencias de Demichelis. Poco después Huth cabecearía a la escuadra el 0-3 que nos dejaba a todos atónitos. Los dos tantos supusieron un shock para jugadores, técnico y afición skyblue, quedando tocados ante algo tan inesperado. De hecho, las contras de los hombres de Ranieri anunciaban una humillación, pero no llegaron a culminar ninguna de sus múltiples ocasiones. Finalmente Agüero maquilló el resultado para los locales con la grada ya semivacía.


De este modo la diferencia entre ambos asciende a 6 puntos a falta de 13 jornadas, eso sí con Tottenham y Arsenal en disposición de robarle el 2º lugar a los de Pellegrini y colocarse a 5 puntos. Sería también increíble que Claudio Ranieri, que llegó al club el pasado mes de julio tras fracasar estrepitosamente con la selección griega y de cuyo último gran éxito ha transcurrido bastante tiempo, lograse su primer título de campeón liguero con el Leicester City en la ultrapoderosa Premier League. ¿Es este el mayor cuento de hadas del fútbol del Siglo XXI? Sin duda ocupa un lugar de honor en el que también están la propia Grecia campeona de Europa 2004, el Alavés subcampeón de la UEFA o el São Caetano subcampeón sudamericano. En sus manos está pese a un calendario difícil en el que le quedan por visitar Arsenal (próxima semana), Manchester United y Chelsea (última jornada).

Por lo pronto se han ganado el derecho a soñar con levantar el primer título importante de su historia: nada menos que la liga más rica del mundo, una bellísima utopía en los tiempos que corren. ¿Imposible? En Leicester parecen desconocer el significado de esa palabra.