martes, 29 de noviembre de 2016

Homenaje a Chapecoense

Festejando la clasificación para la final. Hace tan solo 5 días.

No sé porqué, pero la tragedia de Chapecoense me ha dejado mal todo el día. Ello no significa que no me importen otras desgracias que ocurren con mayor frecuencia de las que somos capaces de reconocer (y asimilar), pero esta me dolió mucho. De hecho, me siento fatal mientras escribo estas líneas, aunque bien como humilde homenaje, bien como desahogo propio, siento la necesidad de expresar lo que siento. Lo único que espero es no ser demasiado torpe con ello, así que allá vamos...

La primera vez que leí o escuché algo sobre el Chapecoense fue en 2013, creo que a través de Alberto Zaragoza (@Albertigues) y Rodrigo Lacal (@RodrigoLacal), colegas con los que comparto la pasión por el fútbol brasileño. Ellos son más conocedores que yo, por eso sabían de las peripecias de los clubes humildes que pueblan los múltiples estaduales que dan acceso a la Serie D. Así, cuando les leí que sería maravilloso que Chapecoense ascendiera fue el primer y único año que disputaron la categoría de plata, el mencionado 2013.

Nunca habían llegado tan alto. De hecho el club nace como una fusión de otras dos entidades menores de la ciudad a mediados de los 70. Durante las siguientes décadas sus mayores éxitos fueron tres campeonatos catarinenses, un clásico bastante modesto dentro del gigantesco mundo que supone el fútbol brasileño. Así, si hace apenas un lustro se estrenaban en la C, en tan solo una temporada alcanzarían la B, necesitando el mismo lapso para conseguir un sorprendente ascenso a la A donde se encontrarían con rivales míticos como Palmeiras, Santos, Flamengo, Grêmio, etcétera.

La gesta de por sí ya era memorable, algo que ni los más viejos del lugar olvidarían. Como era previsible la máxima categoría se les iba a hacer muy dura. Comenzaron mal, aunque poco a poco fueron tomando el pulso competitivo hasta llegar a final del curso con opciones de salvación. Tal fue la remontada que prácticamente a falta de dos jornadas para la conclusión del Brasileirao obtuvieron la salvación tras derrotar a mi Botafogo. Recuerdo mi estupefacción y sufrimiento ese día, ya que ni ante un equipo así fuimos capaces de dar la cara.

El premio llegó con la clasificación para la Copa Sudamericana del año siguiente. Superaron tanto a sus compatriotas del Ponte Preta como al histórico Libertad paraguayo. Después les apearía el poderoso River Plate (vigente campeón continental por entonces), a la postre semifinalista del torneo. Ese 2015 consiguieron salvarse de nuevo, esta vez con un poco más de margen, así como otra oportunidad para disputar una copa internacional.

Novenos en el Brasileirao 2016 que está a punto de concluir, de no haber perdido contra el campeón Palmeiras aún conservarían opciones de disputar la Copa Libertadores del año que viene. Sin embargo ninguna alegría era mayor que lo que les debía esperar al llegar a Colombia. En silencio, fueron superando etapas en la Copa Sudamericana hasta alcanzar una final a todas luces inesperada por la cual batieron por el camino a Cuiabá, Independiente de Avellaneda, Júnior de Barranquilla y San Lorenzo. 

La pasada noche 81 personas salieron desde Bolivia dirección Medellín, Colombia, adonde les esperaba Atlético Nacional para la ida de la final. Casi todas las personas que iban en el avión fallecieron, desde pilotos, azafatas, periodistas, directivos y deportistas, con tan solo 5 supervivientes, de los que ya ha perdido la vida también Danilo, uno de los porteros que aún respiraba cuando llegó al hospital. Muchas familias y amigos han quedado destrozados, ellos son los más afectados sin duda. Pero el efecto multiplicador y de llamada que tiene este deporte, su identificación social, ha hecho que los 210.000 habitantes de Chapecó, en Santa Catarina, se encuentren consternados en estos momentos en que los que portaban su ilusión por obtener su primer título grande se marchan para siempre al cielo como campeones de nuestros corazones. 

Forza, Chapecoense.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Un paso atrás, un paso adelante

Alegría y decepción, todo en una misma imagen.
Hoy todos tienen en boca la victoria deportivo-social-política de México en suelo estadounidense, un país en el que no vencía a sus adversarios desde hace cuatro décadas en el marco de las eliminatorias mundialistas. Es un triunfo que hace feliz a mucha gente, incluido este redactor. República Checa parece espabilar, Polonia prosigue por su buen camino con un claro triunfo en Rumanía mientras Inglaterra venció sin problemas en Wembley a Escocia, en otra edición de un clásico cada vez más descafeinado. Aún resuenan los ecos del sorprendente triunfo peruano en Asunción goleando a una (ya no) siempre segura Paraguay, aunque es Argentina la que se relame de sus heridas ante el varapalo encajado ante Brasil. Por su parte, Libia y Túnez abrieron fuego ayer en África con victoria tunecina. Pero estas no serán nuestras historias de hoy, ya que nos centraremos en dos encuentros quizá no tan llamativos, aunque no por ello menos importantes.

ARMENIA 3 MONTENEGRO 2
Muchos palos se habían llevado los armenios hasta ahora a tenor de sus anteriores encuentros en la fase clasificatoria. No realizaron mal papel en las visitas a Dinamarca y Polonia, cayendo en ambos casos por la mínima ante selecciones superiores. Sin embargo el 0-5 encajado en casa ante Rumanía parecía certificar el fin de una época breve mas intensa en la que todos en el país caucásico soñaron no hace tanto con lograr el pase a un gran torneo. Ayer, para más inri, recibían a un líder que persigue ese mismo sueño desde hace aún más tiempo, habiéndolo rozado ya en varias ocasiones. 

El primer tiempo fue un monólogo montenegrino. Esperando atrás a su rival, el conjunto balcánico lanzaba contras muy directas que surtían efecto en la zaga local, a menudo superada por sus propias carencias. De este modo se llegó al descanso con 0-2 merced a los tantos de Kojasevic y Jovetic. Nada fuera de lo normal, pues el colista seguiría siéndolo a la vez que el líder afianzaría aún más su posición.

Algo debió suceder en los vestuarios del Vazgen Sargsyan Republican Stadium, ya que Armenia regresó de los mismos con un espíritu renovado de lucha que pronto les hizo recortar distancias mediante Grigoryan, que culminó una buena jugada colectiva. El duelo transcurrió durante un buen rato en una calma tensa, conocedores ambos equipos de lo que cambiaría todo si volvía a darse un tanto. Y sucedió, pues a los 74' de juego Haroyan aprovechó un lamentable error del portero visitante para igualar el marcador. Eso sí, Montenegro gozó de una ocasión inmejorable para recuperar el terreno perdido cuando Jovetic recortó al arquero Belgraryan y...  Mkoyan le sacó el chut bajo palos. El golpe definitivo llegó sin tiempo para reaccionar, de la manera más cruel. Con todo el pescado vendido, un latigazo lejano de Ghazaryan (al más puro estilo Schwarzenbeck) dio un triunfo memorable al conjunto armenio. Esta por ver cómo reacciona Montenegro, pero a su traspiés hay que sumar las victorias de sus rivales por la clasificación, Polonia y Dinamarca.



HONDURAS 0 PANAMÁ 1
Unas horas más tarde, del otro lado del charco, daba comienzo el Hexagonal en la CONCACAF. Como ya mencionamos antes, México derrotó 1-2 a USA, llevándose también una alegría el combinado costarricense ya que se impusieron 0-2 ante Trinidad y Tobago. La competencia daba comienzo en San Pedro Sula, con Honduras, bien experimentada en estas lides, recibiendo a una Panamá que lleva años intentando dar un golpe que nunca acaba de llegar.

Una liguilla tan igualada exige hacer de la casa propia un fortín, intentando arañar fuera algún punto que permita soñar con ubicarse entre los tres primeros (clasificación directa) o alcanzar al menos la cuarta posición que permita una nueva oportunidad en la repesca intercontinental. Por ello resulta tan chocante lo que acaeció ayer, por extraño y poco habitual. Honduras y Panamá ya se enfrentaron dos veces en suelo hondureño en la pasada eliminatoria (se encontraron en dos fases diferentes), con saldo favorable para La Marea Roja, que fue capaz de arrancar cuatro puntos de seis posibles.

Una vez más, el país catracho volvió a dar suerte a Panamá. A los 20 de juego una falta en la frontal permitió a Escobar adelantar a los suyos sirviéndose de un error garrafal de la barrera. Hasta ahí, y también desde entonces, los hombres de Jorge Luis Pinto fueron superiores a los de su compatriota el ''Bolillo'' Gómez (ambos colombianos) sobre el césped, aunque nunca pudieron agitar de nuevo el marcado pese a las muchas ocasiones de las que gozaron. También tuvieron algunas los panameños en varias contras muy claras que no supieron o no pudieron culminar, aunque qué duda cabe que poco les debe importar eso ahora tras llevarse tres puntos tan importantes.


Su siguiente reto será frenar a México la noche del próximo martes, un envite al que los dos seleccionados llegan con el ánimo por las nubes. Por su parte, a Honduras le queda luchar por recuperar el terreno perdido en casa ante Trinidad & Tobago. Suena duro decirlo, pero un nuevo traspiés de cualquiera de los dos comprometerá bastante su situación apenas en la segunda jornada, si bien así es la salvaje competencia en la CONCACAF.